La sal es un mineral que en la actualidad no tiene mucho valor, pero no siempre fue así. Esta roca tiene un valor crucial a lo largo de la historia. Actualmente se caracteriza por su versatilidad, y por suerte, podemos encontrarlo en casi cualquier producto y lugar del planeta. Nos ayuda a dar sabor a nuestras comidas y forma parte del proceso de elaboración de muchos productos cotidianos como la Mojama de Barbate e Isla Cristina, pero ¿sabías que también se utiliza para la fabricación de objetos como el vidrio o los neumáticos? Si quieres saber la historia y curiosidades de la sal, ¡no pares de leer!
Vital en la historia del ser humano
La sal es el condimento más antiguo que conoce el ser humano. Su importancia para nuestros ancestros era tal, que la mayoría de las grandes ciudades actuales se ubican ahí debido a que estaban cerca de un yacimiento. Tener o no sal en la antigüedad era la diferencia entre la vida y la muerte, pues permite conservar los alimentos prolongando su vida comestible.
Primeros yacimientos documentados
La primera cultura que dejó documentos acerca de la extracción y uso de la sal fue la china, donde el norte de país es una zona montañosa y rica en lagos salados. En occidente, en el antiguo Egipto, la sal era utilizada tanto para ritos funerarios como ingrediente culinario. Se han encontrado vestigios de momias preservadas con sal en Egipto que datan del año 3.000 A.C.
Ya en Europa, la primera mina de sal de la que se tiene constancia es la de Hallein, en la periferia de Salzburgo (que se traduce como ciudad de la sal), en Austria. Allí los celtas la explotaban hasta que comenzaron a perder terreno frente a los romanos. Durante el Imperio Romano, la sal se convirtió en un elemento trascendental en la vida de sus habitantes. Tanto es así que casi todos sus asentamientos se realizaban cerca de un yacimiento y todas las vías importantes que conectaban sus ciudades se denominaban ‘vías salarias’. Incluso el término salario, que deriva del latín ‘salarium’, proviene de la cantidad de sal que se les proporcionaba a los legionarios como forma de pago por los servicios prestados.
Un elemento muy común
La gran mayoría de la sal del planeta se suele extraer de yacimientos donde en el pasado hubo un mar prehistórico. Con el paso del tiempo, el agua se evaporó y quedó la sal como único vestigio. Imagina que toda la sal de estos depósitos se acabase, tendríamos la opción de los océanos. Cada gota de mar contiene un 3,5% de sal, cantidad que puede parecernos poco, pero si vertiéramos toda la sal que hay en los océanos sobre la superficie emergida del planeta, podríamos cubrirla con una capa de 150 metros de profundidad. No parece tan poco, ¿verdad?